ANÁLISIS DEL CAPÍTULO 25
Otros hijos de Abraham. Su
muerte
1 Abraham había tomado también otra mujer, llamada Cetura,
2) la cual le parió a Zamram, a Jecsán, a Madán, a Madián, a Jesboc y a Sué. 3)
Jecsán engendró a Saba y a Dadán. Los hijos de Dadán fueron Assurim, Latusim y
Leomim. 4) De Madán nacieron Efa, Ofer,
Enoc, Abida y Eldaa: todos éstos
descienden de Cetura. 5) Y dio
Abraham toda su herencia a Isaac: 6) bien que hizo grandes donativos a los hijos de
las otras mujeres secundarias, y los separó, viviendo aún él mismo, de su hijo
Isaac, enviándolos hacia la parte oriental.
En estos versos vemos la justificación
bíblica del mayorazgo que fue una figura legal, que se impuso en el mundo
cristiano medieval, mediante la cual los padres daban todo su patrimonio al
hijo mayor de su matrimonio y a los demás les dejaba prácticamente subordinados
a aquel; esto ocasionará un conflicto entre los nietos de Abraham y persistirá
esta tradición que llegó a ser en la práctica
una figura legal, hasta el advenimiento del nuevo régimen durante las
revoluciones liberales del siglo XVIII y XIX. El mayorazgo tenía una función integradora
de la familia, el clan y la tribu, en donde se adoptarían diversas formas de
reclamar el derecho a la jefatura de las mismas. Si se repartía la herencia
entre todos los hijos, cada uno formaría una familia aparte, un nuevo clan o
una tribu y probablemente se disgregarían con el paso del tiempo, tornándose en
enemigos: así ocurrió entre los descendientes de Isaac, y, también por eso
todos tenemos parientes de los cuales no sabemos nada; la estructura familiar
originaria colapsó por muy diversos motivos que no consideraremos aquí, pero
que tienen que ver con el protestantismo y la consecuente desacralización del sacramento
del matrimonio indisoluble y advenimiento del destructivo divorcio y
atomización de la familia.
7 Finalmente, fueron
los días de la vida de Abraham ciento setenta y cinco años. 8) Y llegando a
faltarle las fuerzas murió en buena vejez, de avanzada edad y lleno de días, y
fue a reunirse con su pueblo. 9) Y sus dos hijos, Isaac e Ismael, le sepultaron
en la cueva doble, situada en el campo de Efrón, hijo de Seor Heteo, enfrente de Mambre, 10) que había comprado
a los hijos de Het: allí está sepultado él y Sara, su esposa.
Descendencia de Ismael
12 He aquí los linajes de Ismael, hijo de Abraham y
de Agar, egipcia, sierva de Sara: 13) y éstos son los nombres de sus hijos, con
los cuales fueron llamados sus descendientes. El primogénito de Ismael fue
Nabaiot, en seguida Cedar, Adbeel Mabsam.
14) Masma, Duma, Massa 15) Hadar, Tema, Jetur, Nafis y Cedma.
16) Éstos son los doce hijos de Ismael, y tales los nombres que dieron a sus castillos y ciudades. Ellos vinieron a ser como doce príncipes, cada cual de su tribu.
17 Y los años de vida de Ismael fueron ciento treinta y siete, y debilitándose más y más, murió, y fue a reunirse con su pueblo. 18 Y habitó y pobló el país desde Hévila hasta Sur, desierto que mira a Egipto cuando uno entra en Asiría, y murió en medio de todos sus hermanos.
16) Éstos son los doce hijos de Ismael, y tales los nombres que dieron a sus castillos y ciudades. Ellos vinieron a ser como doce príncipes, cada cual de su tribu.
17 Y los años de vida de Ismael fueron ciento treinta y siete, y debilitándose más y más, murió, y fue a reunirse con su pueblo. 18 Y habitó y pobló el país desde Hévila hasta Sur, desierto que mira a Egipto cuando uno entra en Asiría, y murió en medio de todos sus hermanos.
19 Asimismo, he
aquí cuál fue la descendencia de Isaac, hijo de Abraham: engendró
Abraham a Isaac. 20) El cual, siendo de cuarenta años, casó con Rebeca, hija de
Batuel, siro de la Mesopotamia, y hermana de Labán. 21) Hizo Isaac muchas plegarias al Señor por su
mujer, porque era estéril, y el Señor lo oyó, dando a Rebeca virtud de
concebir. 22) Pero chocaban entre sí o luchaban en el seno materno
los gemelos que concibió; lo
que le hizo decir: Si esto me había de acontecer, ¿qué provecho he
sacado yo de concebir? Y fue a consultar al Señor. 23) El cual le respondió,
diciendo: Dos naciones están en tu vientre, y dos pueblos saldrán divididos
desde tu seno en que están
ahora, y el un pueblo sojuzgará al otro pueblo, y el mayor ha de
servir al menor o más joven.
Con estas palabras Dios profetiza lo que será la confrontación entre
los pueblos semitas: árabes e israelíes.
24) Llegado ya el tiempo del parto, he aquí que se hallaron los dos gemelos
en su vientre. 25) El que salió el primero era rubio y todo velludo, a manera
de un pellico, y fue llamado Esaú.
Saliendo inmediatamente el otro, tenía asido con la mano el talón
del pie del hermano, y por eso se le llamó Jacob. 26) De sesenta años era Isaac
cuando le nacieron los niños.
En efecto, la profecía de Dios se cumple
en la rivalidad que hay entre los semitas que serán en realidad tres ramas. Dado
que Esaú era rubio y velludo, se infiere que probablemente los judíos asquenazí
son en realidad los descendientes de Esaú que emigraron hacia el Cáucaso en
inmediaciones del mar Caspio y de allí se extendieron por Europa del Este, mezclándose
con pueblos germanos y eslavos; los árabes son descendientes de Ismael y los israelitas
de Jacob: de estos últimos descenderán las doce tribus, diez de las cuales se
propagarán por toda la tierra. De los hijos de Judá proceden los mizrajim que
permanecieron en la región y los sefarditas son los que emigraron a España tras
la destrucción de Jerusalén por las legiones del emperador Tito en el año 70.
27 Así que se hicieron grandes, Esaú salió
diestro en la caza y hombre del campo; Jacob, al contrario, mozo
sencillo, habitaba en las cabañas. 28) Isaac amaba a Esaú, porque gustaba comer de sus
cacerías, y Rebeca quería más a Jacob. 29) Había
un día guisado Jacob cierta menestra o potaje: cuando
Esaú, que volvía fatigado del campo,
se llegó a él 30) y le dijo: Dame
de esa menestra roja que has cocido, pues estoy sumamente cansado.
Por cuya causa se le dio después el
apellido de Edom. 31) Díjole Jacob:
Véndeme tus derechos de primogénito. 32)
Respondió él: Yo me estoy muriendo, ¿de qué me servirá ser primogénito? 33) Pues júramelo, dijo Jacob. Esaú se lo juró, y vendióle el derecho de primogenitura. 34) Y así, habiendo tomado pan y aquel plato de
lentejas, comió, y bebió, y
marchóse, dándosele muy poco de
haber vendido sus derechos de primogénito.
Lo que hace Jacob
con su hermano es censurable; se aprovecha de su necesidad y eso forjará en
parte el carácter del pueblo de Israel: un pueblo ambicioso que hará lo que sea
por el poder, conseguirá la bendición, pero no cumplirá su pacto con Dios y
será infiel, hasta colmar la paciencia del Eterno y perderá, por ello su
derecho, a favor de las demás naciones.
Esaú representa al
hombre materialista que se preocupa más por trabajar y conseguir el sustento y
no le da importancia a lo espiritual, que está representado en la primogenitura
que vende por un plato de comida. Solo le interesa satisfacer sus necesidades
materiales y eso le costará conseguir el mayor bien que es la bendición de
Dios, representada en la primogenitura, ya que esta es nada menos que la
herencia de todo el patrimonio del padre.
Para el presente y
el futuro de la humanidad, la población mundial está representada por Esaú y
Jacob representa al sionismo internacional que tiene el monopolio de la
producción de alimentos. Lo que hace Jacob con su hermano es lo que pretenden
las multinacionales como Monsanto con la humanidad: someterla a su total dominio
para apropiarse de todo el patrimonio, es decir de todos los recursos del
planeta que son la bendición que Dios nos ha dejado a todos; no a unos pocos. Es llamativo que el nombre del patriarca Jacob sea el mismo de uno de los magnates Rothschild que está detrás de todo el plan de dominación global. La
masonería exigirá al mundo esclavizado, renunciar a la religión, como exigió
Jacob a Esaú renunciar a su bendición, a cambio de alimentos. En eso consiste
el nuevo orden mundial liderado por la secta luciferina de la judeomasonería, en que acojamos una nueva religión, ecuménica, pero sin Dios.[1]
Para la vida
personal, la enseñanza es que muchos de nosotros nos ocupamos de lo material y
finito, y descuidamos los bienes que Dios nos ofrece y que son para la
eternidad.
[1] Secta
asquenazí, no semita, que usurpa al judaísmo ortodoxo, pero que en realidad
adora a Lucifer y persigue a la iglesia católica para destruirla mediante el
comunismo y la combinación de todas las formas de lucha como la revolución
cultural neo-marxista y sus armas que esgrime desde la dictadura de la ONU:
feminismo, ecologismo, animalismo, indigenismo e ideología de género, entre
otras, y que se pueden estudiar analizando los ODS o agenda 2030.