martes, 14 de enero de 2020

ANÁLISIS DEL CAPÍTULO 21 DEL GÉNESIS


ANÁLISIS DEL CAPÍTULO 21
Nacimiento de Isaac: es despedido Ismael
1  Y visitó el Señor a Sara como lo había prometido: cumplió la promesa que le hiciera. 2) Y así concibió y parió un hijo en la vejez, al tiempo que Dios le había predicho. 3) Y Abraham puso por nombre Isaac al hijo que le parió Sara, 4) y circuncidóle al octavo día, conforme el mandamiento que había recibido de Dios, 5) siendo entonces de cien años: pues en esta edad del padre nació Isaac. 6) Por donde dijo Sara: Dios me ha dado motivo para alegrarme: y cualquiera que lo oyere, se regocijará conmigo. 7) Y añadió: ¿Quién hubiera creído que Abraham había de oír que Sara daba de mamar a un hijo, que le parió siendo ya viejo?
8 Creció, pues, el niño, y se le destetó; y en el día en que fue destetado celebró Abraham un gran convite. 9) Mas como viese Sara que el hijo de Agar la egipcia se burlaba de su hijo Isaac y le perseguía, dijo a Abraham: 10) Echa fuera a esta esclava y a su hijo: que no ha de ser el hijo de la esclava heredero con mi hijo Isaac.
   11 Dura cosa pareció a Abraham esta demanda tratándose de un hijo suyo. 12) Mas Dios le dijo: No te parezca cosa recia lo que se te ha propuesto acerca de ese muchacho y de la madre esclava tuya: haz todo lo que Sara te dirá: porque Isaac es por cuya línea ha de permanecer el nombre de tu descendencia. 13) Bien que aun al hijo de la esclava yo le haré padre de un pueblo grande, por ser sangre tuya.
La postura de Dios aparece al “buenismo” actual, como algo reprochable, pero no es así: Dios enseña, mediante este hecho que el derecho del hijo legítimo está por encima del del bastardo que, no obstante, también recibirá de Dios su bendición y que el nombre de la descendencia y la herencia de un hombre debe llevarse por los hijos legítimos; los otros se darán un nombre propio y eso también es valioso.
   14 Levantóse, pues, Abraham de mañana, y cogiendo pan y un odre de agua, púsolo sobre los hombros de Agar, y le entregó su hijo, y despidióla. La cual, habiendo partido, andaba errante por el desierto de Bersabee. 15) Y habiéndosele acabado el agua del odre, abandonó a su hijo, que se echó debajo de un árbol de los que allí había. 16) Y se fue, y sentóse enfrente a lo lejos, a distancia de un tiro de flecha; porque dijo: No quiero ver morir a mi hijo: y así, sentada enfrente de Ismael, alzó el grito y comenzó a llorar. 17) Pero Dios oyó la voz del muchacho, y el ángel de Dios desde el cielo llamó a Agar, diciendo: “¿Qué haces, Agar? No temas: porque Dios ha oído la voz de tu hijo desde el lugar en que se halla. 18) Levántate, toma al muchacho y cógele de la mano; pues yo le haré cabeza de una grande nación.” 19) En esto Dios abrió los ojos a Agar: la cual, viendo allí cerca un pozo de agua, fue corriendo, y llenó el odre, y dio de beber al muchacho. 20) Y Dios asistió a éste, y fue creciendo, y vivió en los desiertos, y vino a ser un joven diestro en manejar el arco. 21) Y fijó su habitación en el desierto de Farán, donde su madre le casó con una mujer de la tierra de Egipto.
A la luz del humanismo, la conducta de Abraham y la decisión de Dios parecerían cuestionables, pero el Génesis es un libro de carácter androgógico[1] y la enseñanza profunda que deja es para las madres de todos los tiempos que están solas con hijos. Dios ha escogido la figura de una esclava para mostrar a estas mujeres que las madres de hijos con hombres casados se hacen esclavas como Agar, porque tendrán que lidiar solas en la crianza de sus hijos.
En la actualidad son muchísimas más las mujeres que tienen hijos que no son producto del matrimonio sino de uniones ilegítimas con hombres casados o simplemente resultado de violaciones o de la liberación femenina que las ha convertido realmente en esclavas como Agar. Si bien Agar era esclava porque fue comprada por Sarai para servirle, las mujeres liberadas de nuestro tiempo, se hacen esclavas a sí mismas, cuando renuncian a su virginidad, y se someten a los deseos de la carne, por su promiscuidad sexual; las consecuencias serán necesariamente embarazos no deseados y la disyuntiva moral de asesinar a su bebé en el vientre o tener que responder por él, solas.
En síntesis, hay en este texto un mensaje profético: abundarán las madres solteras o solas y deberán hacerse cargo de sus hijos. Frente a eso, en el futuro próximo, no habrá ley que les permita reclamar la manutención al padre, y menos si es un hombre ya casado, pues tampoco habrá norma que obligue a los hombres a dar el sustento a sus hijos, pues seguramente podrán aducir, y con razón, que no deseaban tener ese hijo, y por lo tanto ninguna ley podrá obligarlos; eso ocurrirá primero e indefectiblemente en los países en los que el aborto sea legalizado, porque el  argumento para el abandono del padre de sus obligaciones estará plenamente justificado con los mismos argumentos que esgrima la ley para aprobar el aborto, sin restricción alguna: que “era un embarazo no deseado”.
Pacto entre Abraham y Abimelec
   22 Por este mismo tiempo, Abimelec, acompañado de Picol, general de sus tropas, dijo a Abraham: Dios está contigo en todo cuanto haces.
23) Por tanto, jura por el nombre de Dios que no me harás daño ni a mí, ni a mis sucesores, ni a mi linaje, sino que me tratarás a mí y a este país en que has habitado como extranjero, con la misma bondad con que yo te he tratado a ti.
De lo que dice Abimelec se deduce que Abraham había alcanzado más poder que este Rey.
   24 Respondió Abraham: Yo te lo juraré. 25) Y dio entonces quejas a Abimelec acerca de un pozo de agua que sus criados le habían usurpado a viva fuerza. 26) A lo que replicó Abimelec: No he sabido quién ha hecho tal cosa, ni tú tampoco me lo has avisado, ni yo lo había oído hasta ahora.
   27 Entonces Abraham tomó una porción de ovejas y de bueyes y dióselos a Abimelec: e hicieron entrambos alianza. 28) Y Abraham puso aparte siete corderas del rebaño. 29) Por lo que Abimelec le dijo: ¿Qué significan esas siete corderas que has separado? 30) A lo que respondió él: Estas siete corderas las recibirás de mi mano: para que me sirvan de testimonio como yo he abierto este pozo. 31) Por eso fue llamado aquel lugar Bersabee: porque allí juraron ambos. 32) Y firmaron el pacto acerca del pozo del juramento. 33) Partieron, pues, Abimelec y Picol, general de su ejército, y volviéronse a Palestina. Abraham después plantó un bosque o arboleda en Bersabee, y allí invocó el nombre del Señor Dios eterno. 34) Y habitó mucho tiempo como extranjero en la tierra de los palestinos.
Este demuestra que los palestinos tienen un derecho ancestral sobre los territorios que ahora disputan con los judíos, porque vivían antes que aquellos en ese lugar.



[1] Es el oficio de enseñar a los adultos mediante recursos adecuados.

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